Miedo al torrente de amor
que anidaba en su corazón
que se diluía en la distancia.

Pero su recuerdo quemando es la condena
aroma vivo escondido en sus secretos.

Con el vaivén del cuerpo se estremece
la necesidad de poseer una y otra vez
hasta el máximo deseo ansioso y tembloroso.

Ordena la pasión, descifra caricias
marca pausas, pero no se detiene.

Siente el vaivén del cuerpo y lo
aprieta fuertemente mientras
suspira al odío su nombre.

Es mujer rendida tras el encuentro
ha perdido su cuerpo y piensa en el vacío.

Pero sabe que existe.

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