
En mis aposentos, gentil caballero
galantea, robando el marfil de
mi rostro, entre sutiles caricias
se va tornando en rosa.
Muy trémula y temblorosa, en
dicha reboza mi alma candorosa
con manos temblorosas mis vestiduras
van cayendo, dejan al descubierto
mis voluptuosidades.
Siento un cosquilleo recorrer mí
ser, y es tanta la acongoja de este
momento, al quedar descubierto
el cuerpo de aquel caballero, el
cual ha de desposarme en esta noche
donde la lechuza no calla.
Hallándome perdida entre estas nuevas
sensaciones, mi cuerpo responde a las
caricias y besos impúdicos en otrora
pecaminosos serían, pero como ya
ha sido sellado el lazo, con cruel cardazo,
pues este no era el mozo de mis desvelos…
con premura llegando la hora perderé
la pureza de otrora.
No os preocupéis bella doncella, hoy
se develarán los secretos del amor y la
carne, lentamente mis manos han de recorrer
tus carnes por vez primera,
sentirás palpitar la sangre y nuevas
sensaciones en tu cuerpo de mujer.
Mis besos avivarán tus ansias,
serán el elixir de pasión, de mis labios
sentirás esos besos soñados que en el
lecho hemos de ser una sola carne…
Esos besos me estremecen, emanando
fluidos como nunca antes; y un extraño
deseo se apoderaba de mis carnes por dejar
entrar en mis abismos aquella carne.
Entre penumbras lentamente fui embestida
y moviendo instintivamente mis caderas
más grande fue la dicha, manchando las
blancas sabanas en tenue hilo de sangre.
Rompiose mi tesoro, y sintiendo por vez primera
un extraño liquido tibio entrar en mis entrañas,
desde entonces silente aguardare la
Noche, degustar tan pecaminosa carne...

galantea, robando el marfil de
mi rostro, entre sutiles caricias
se va tornando en rosa.
Muy trémula y temblorosa, en
dicha reboza mi alma candorosa
con manos temblorosas mis vestiduras
van cayendo, dejan al descubierto
mis voluptuosidades.
Siento un cosquilleo recorrer mí
ser, y es tanta la acongoja de este
momento, al quedar descubierto
el cuerpo de aquel caballero, el
cual ha de desposarme en esta noche
donde la lechuza no calla.
Hallándome perdida entre estas nuevas
sensaciones, mi cuerpo responde a las
caricias y besos impúdicos en otrora
pecaminosos serían, pero como ya
ha sido sellado el lazo, con cruel cardazo,
pues este no era el mozo de mis desvelos…
con premura llegando la hora perderé
la pureza de otrora.
No os preocupéis bella doncella, hoy
se develarán los secretos del amor y la
carne, lentamente mis manos han de recorrer
tus carnes por vez primera,
sentirás palpitar la sangre y nuevas
sensaciones en tu cuerpo de mujer.
Mis besos avivarán tus ansias,
serán el elixir de pasión, de mis labios
sentirás esos besos soñados que en el
lecho hemos de ser una sola carne…
Esos besos me estremecen, emanando
fluidos como nunca antes; y un extraño
deseo se apoderaba de mis carnes por dejar
entrar en mis abismos aquella carne.
Entre penumbras lentamente fui embestida
y moviendo instintivamente mis caderas
más grande fue la dicha, manchando las
blancas sabanas en tenue hilo de sangre.
Rompiose mi tesoro, y sintiendo por vez primera
un extraño liquido tibio entrar en mis entrañas,
desde entonces silente aguardare la
Noche, degustar tan pecaminosa carne...

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